Potaje de vigilia, con garbanzos, espinacas y bacalao

Todo un clásico de nuestra cocina ahora que se acerca la Semana Santa: Potaje de vigilia, o lo que es lo mismo potaje de garbanzos, espinacas y bacalao.

¡Reivindico un sitio para este potaje al menos durante todo el invierno! La verdad es que yo lo hago más en esta época huyendo del cocido de toda la vida, ya que son más ligeros y sanos. Es una buena forma de comer legumbres, pescado y verdura y a los niños les gusta mucho. Espero que a vosotros también.

Potaje de vigilia, garbanzos, espinacas y bacalao

Ingredientes del Potaje de vigilia, con garbanzos, bacalao y espinacas

  •  300 gramos de garbanzos
  • 1 hoja de laurel
  • Sal
  • Agua
  • Pan
  • Aceite de oliva
  • 2 huevos
  • 3 dientes de ajo
  • 1 cebolla
  • Pimentón dulce
  • Pimentón picante (opcional)
  • Bacalao desalado
  • Espinacas (puede utilizarse espinacas congeladas)

Preparación del Potaje de vigilia, con garbanzos, bacalao y espinacas

La noche anterior, pon los garbanzos en remojo en un cuenco con agua para que se ablanden un poco y crezcan durante unas 12 horas. Retira aquellos que puedan flotar.

En una cazuela ponemos el agua necesaria para cubrir los garbanzos, una hoja de laurel y una pizca de sal hasta que hierva. Entonces, añadimos los garbanzos y los ponemos a una temperatura media-alta. Para que los garbanzos estén hechos dependen del tamaño, variedad, temperatura… En una cazuela normal pueden hacerse en unos 60 minutos pero lo recomendable es probarlos y ver si están blanditos o no.

Si durante la cocción vemos que el agua se está evaporando y que le hace falta más, podemos añadir agua caliente

Mientras tanto, cortamos unas rebanadas de pan y las freímos en abundante aceite de oliva. Cuando estén doradas por ambos lados, las reservamos en un plato con un papel absorbente para quitar el exceso de aceite.

Freímos pan

Ponemos a hervir los huevos en un cazo con agua durante 10 minutos. Una vez cocidos y fríos, pélalos y reserva.

A continuación, hacemos un sofrito con un chorrito de aceite de oliva, ajo y cebolla cortados en trozos pequeños. Da igual la forma en que estén cortadas ya que posteriormente se triturará.

Sofrito de cebolla y ajo

Cuando esté la cebolla transparente, añadimos una cucharadita de pimentón y removemos bien para que no se queme y se integre con el sofrito. Si nos gusta el picante podemos ponerle pimentón picante, mitad del dulce y mitad del picante, o sólo picante, dependiendo del gusto de cada uno.

Ponemos el sofrito en un vaso de batidora con un poco de agua de la cocción de los garbanzos, el pan tostado en trozos y la yema de los huevos cocidos y trituramos con la batidora.

En la misma sartén donde hemos hecho el sofrito, ponemos un poco de aceite para  rehogar las espinacas una vez cortadas y quitando las partes de tallo que sean demasiado largas. Si utilizas congeladas, ten en cuenta que hay que descongelarlas, mejor en un colador para que suelten el exceso de agua y secarlas un poco.

Cuando los garbanzos estén hechos, ponemos el sofrito triturado con la cazuela y las espinacas y dejamos que hiervan juntos para que vaya cogiendo el sabor.

5 minutos antes de servir, añadimos en nuestra cazuela, el bacalao desalado y desmigado o cortado en dados pequeños.

Añadimos la clara del huevo picadita, probamos, rectificamos de sal y a la mesa a comer.

Consejo: Si no tienes tiempo, puedes sustituir los garbanzos secos por garbanzos de bote, ya cocinados.

1 comentario
  1. Mmnnnn este fin de semana lo hago!

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